Corredor utilizado por los mineros ilegales no hay control de protocolos sanitarios en el transporte público, ni en los camiones que trasladan la mano de obra barata para trabajar en las labores mineras ilegales. Piden acción inmediata de la Policía y Fiscalía.
FUENTE: La Industria | FOTO: Cortesía
Según el último reporte emitido por la Red de Salud en la provincia de Sánchez Carrión, los contagiados de Covid-19 aumentaron a 4 816. Una cifra alarmante si se toma en cuenta que hace dos meses los casos no llegaban a 1 000. Y es en Huamachuco donde todas las alarmas se han encendido porque allí se registran 4 072 contagiados, 39 hospitalizados y 73 fallecidos.
Por esa razón la demanda de oxígeno en la ciudad aumentó tremendamente, a pesar de que existen dos plantas en el hospital Leoncio Prado de esta localidad. La donada por la empresa Summa Gold Corporation funciona las 24 horas, pero la que llegó a través de una colecta vecinal lo hace parcialmente. Por esa razón el Dr. Miguel Casanova, director de la Red de Salud Sánchez Carrión, dijo que se ha considerado la adquisición de una nueva planta de oxígeno móvil para abastecer a la población. Una iniciativa que se coordina con la Municipalidad Provincial de Sánchez Carrión.
Principales focos infecciosos
Las autoridades sanitarias de esta provincia andina advirtieron que las personas no están respetando los protocolos sanitarios, organizan fiestas, partidos de fútbol y reuniones en Huamachuco. Algunos en forma clandestina, a escondidas y otros de manera pública ante la mirada indiferente de la Policía y miembros del Serenazgo.
Pero son las labores mineras ilegales las que se han convertido en los nuevos focos de contagio del coronavirus debido a que las personas trabajan sin respetar los protocolos sanitarios en esta zona.
“Lamentablemente hay irresponsables que han colaborado con la propagación de la enfermedad. Todos los días tenemos ingresos para exámenes y demanda de oxígeno por casos de Covid 19. Pero ahora nos preocupa que vengan gente de los caseríos con síntomas pandémicos y gente que viene de Cajabamba o de Santiago de Chuco”, señalaron preocupados los médicos y enfermeras del hospital.
Ruta de la muerte
Los mineros ilegales de La Libertad operan en Cajabamba, Santiago de Chuco, Pataz y Huamachuco. En esta última localidad, las mafias mineras siguen reclutando gente de las localidades vecinas para laborar en los socavones o en las pozas de cianuro. Y es Josefina Mauricio Baylón la que brinda hospedaje y alimentación a los foráneos cobrando semanalmente 70 mil soles.
Los pobladores alertaron de la aparición de nuevas labores ilegales a cargo del clan Sánchez Ballena a faldas del cerro El Toro. En el lugar se observa la construcción de varios PAD de lixiviación y pozas de cianuro que ponen en riesgo a las comunidades vecinas.
Además, se detectó el ingreso de camiones, combis trasladando personal sin mascarilla y el aumento de personas en estas labores ilegales, lo cual es evidente para todos los que residen en la zona ante la indiferencia de la Policía y la Fiscalía provincial. Estas entidades – sabiendo que se trata de una actividad ilegal acompañada de sicariato, tráfico de explosivos y de armas – no han tomado acciones para frenarla.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) tampoco toma acciones para fiscalizar con decisión a los mineros ilegales que explotan laboralmente a menores de edad y que no cumplen con ningún protocolo sanitario, ni de seguridad.
Si bien, esta fiscalización debería ser realizada por la Dirección Regional de Minería. Sin embargo, los pobladores de los caseríos no entienden cómo los funcionarios de OEFA suben para fiscalizar a la minería formal y se hacen los desentendidos cuando ante sus ojos aparecen las pozas de cianuro y los pasivos ambientales que han dejado, por ejemplo, las labores de los hermanos García.
Los pobladores pidieron que las entidades pertinentes pongan freno a la llegada de gente foránea a los caseríos de Huamachuco donde se registra un evidente aumento de contagiados por Covid 19. Debe reforzarse el control policial – especialmente en Shiracmaca – con los ingresos de camiones, de combis con gente sin mascarilla que llega a sectores donde hay más de una poza con cianuro.